Desde los confines del Sistema Solar, Urano y Neptuno se destacan por sus gélidas condiciones; ubicados a distancias considerablemente lejanas del Sol, esos planetas helados han intrigado a los científicos desde su descubrimiento.
Urano, el séptimo planeta del Sistema Solar, se encuentra a más de dos mil 800 millones de kilómetros de distancia de nuestra estrella.
Reconocido como uno de los planetas más fríos del Sistema Solar, la Agencia Espacial Europea reporta que la temperatura en Urano puede descender hasta alcanzar los -214 °C.
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Una de sus peculiaridades más llamativas es su inclinación axial, que provoca que gire casi de lado en comparación con su órbita, resultando en estaciones extremas que duran 21 años.
Por otro lado, Neptuno, el octavo planeta desde el Sol, se ubica a una distancia media de cuatro mil 506 millones de kilómetros de nuestra estrella.
Con una atmósfera densa y cubierto por nubes en constante movimiento, Neptuno presenta una temperatura promedio de -218 °C, de acuerdo con datos de la NASA.
A pesar de la notable diferencia en distancias con respecto al Sol, ambos planetas mantienen temperaturas cercanas en el rango de los -200 °C, un fenómeno que ha desconcertado a los científicos, incluyendo a la NASA, que continúa investigando el motivo detrás de la similitud térmica entre Urano y Neptuno.