El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, sus siglas en inglés) reconoció haber usado el “uso excesivo de la fuerza” en contra de más de tres mil 500 personas durante operativos y revisiones en la frontera con México durante los últimos cuatro años.

Los agentes sostienen que la fuerza desproporcionada era necesaria. Ya que “había que hacer valer la ley, incluso hasta el punto de recurrir a la fuerza letal”, reveló una revisión que Milenio hizo de narraciones en demandas judiciales y reportes de activistas.

Según las estadísticas del CBP, en los últimos años, sus agentes utilizaron la fuerza en tres mil 578 ocasiones a lo largo de la frontera con México.

Los datos indican que los incidentes se registraron cuando los patrulleros, a bordo de sus vehículos o de lanchas, perseguían a gente presuntamente indocumentada.

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En diversas ocasiones también dispararon en contra de esas personas o, mínimo, los golpearon sin necesidad aparente.

La violencia tuvo consecuencias fatales, pues registros de la organización civil The Southern Border Communities Coalition, revelan que durante estos cuatro años los operativos de la agencia terminaron en 169 muertes de migrantes en los límites con Texas y Arizona.

A pesar de las muertes y la denuncia pública de familiares y activistas, en la mayoría de los casos la Junta Nacional de Revisión del Uso de la Fuerza de la CBP determinó que en la mayoría de los casos el despliegue de fuerza cumplía con sus políticas vigentes.