Desde la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos se planteó la posibilidad de trasladar la investigación sobre úteros artificiales de los animales a los humanos.

Los dispositivos tienen la finalidad de dar a los bebés prematuros más tiempo para desarrollarse en un entorno similar a un útero de su especie antes de salir al mundo exterior; y aunque se ha probado con corderos y algunos lechones, los modelos actuales no pueden predecir cómo funcionaría en humanos.

La forma en la que funcionaría un útero artificial sería que el bebé flotara en una “biobolsa” transparente, durante unas semanas, para que cuando salga del dispositivo sea más capaz de sobrevivir.

Te puede interesar: ¿Qué es la enfermedad X, padecimiento potencialmente mortal?

Para que la tecnología sea probada en humanos, es necesario que la empresa desarrolladora obtenga un permiso para trasladar su investigación a humanos.

Los riesgos son altos, van desde la falta de éxito en el proceso completo hasta posibles hemorragias cerebrales en los bebés más pequeños, así como infecciones para la madre que pudieran comprometer su fertilidad en el futuro.

Por el momento hará falta que se resuelvan diversas complicaciones éticas y jurídicas antes de que las primeras pruebas en humanos puedan se una realidad, pero en caso de avanzar con éxito, los úteros artificiales podrían salvar millones de vidas.