Los psicólogos describen el burnout como una sensación persistente de agotamiento y alienación ante el trabajo.
Y a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera un fenómeno laboral, no una enfermedad mental, esto no significa que sea menos importante, solo que no obedece a una condición interna del que la sufre.
Informes de la OMS estiman que cada año se pierden 12 mil millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que cuesta a la economía mundial casi un billón de dólares, según reportes de El País.
El medio añade que hay una creencia generalizada de que volvemos de las vacaciones con las pilas cargadas, pero la gestión del estrés no funciona de ese modo. Y si diéramos por válida la comparación, deberíamos subrayar que la batería se agota bastante rápido.
Un metaanálisis publicado en la revista Journal of Occupational Health descubrió que las vacaciones reducían ligeramente el agotamiento y las dolencias asociadas al trabajo. Pero sus efectos se iban erosionando nada más al poner un pie en la oficina hasta desaparecer totalmente entre las dos y las cuatro semanas.
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El estudio señalaba también que los beneficios de este tiempo fuera del trabajo no están relacionados con su duración.
Un estudio reciente con profesores descubrió que los síntomas de ansiedad y depresión disminuyen durante la primera semana e incluso la segunda. Luego se mantienen. Por el contrario, el agotamiento emocional continúa disminuyendo hasta la cuarta semana.
Sin embargo, los beneficios para la salud de las vacaciones van más allá de los psicológicos. Un estudio relacionó el hecho de tomar pocas vacaciones con el riesgo a largo plazo de sufrir enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura, resalta El País.
¿Cómo saber si estás sufriendo una situación de burnout?
Una de las impulsoras del término, Christina Maslach, profesora de la Universidad de Berkley, define al burnout como “una experiencia que responde a factores estresantes crónicos en el lugar de trabajo. No es una cosa necesariamente dramática, pero es molesta y constante. Es como tener unas piedras en el zapato, y día tras día te duelen hasta que no te dejan caminar”