La incorporación de Apple Intelligence, el nuevo sistema de inteligencia artificial desarrollado por Apple, ha generado una ola de expectativas entre los usuarios de iPhone.

Este software promete una experiencia mucho más personalizada y eficiente, utilizando aprendizaje automático para optimizar tareas cotidianas como redactar correos, clasificar fotos o sugerir respuestas inteligentes.

Sin embargo, su instalación plantea la pregunta clave: ¿realmente vale la pena activarlo?

Una de las diferencias más notorias entre un iPhone con Apple Intelligence y otro que no lo tiene radica en la automatización de tareas.

Por ejemplo, mientras que un usuario sin esta función debe organizar manualmente sus recordatorios y eventos, el sistema con inteligencia puede anticipar compromisos, redactar mensajes según el contexto e incluso generar resúmenes de documentos extensos.

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Esto representa una mejora sustancial en productividad, especialmente para usuarios profesionales o estudiantes.

No obstante, esta tecnología tiene un costo en términos de rendimiento, especialmente en la duración de la batería.

Algunos usuarios han reportado una disminución del 10 al 15% en la autonomía diaria del dispositivo, debido al procesamiento constante de datos en segundo plano.

Aunque Apple ha prometido optimizaciones futuras, esta realidad podría no ser ideal para quienes priorizan una larga duración de batería o usan dispositivos más antiguos.

Instalar Apple Intelligence en un iPhone puede ser una decisión acertada para quienes buscan maximizar la utilidad de su dispositivo y aprovechan funciones de automatización.

No obstante, quienes valoran más la eficiencia energética, o tienen un uso básico del teléfono, podrían encontrar poco provecho en esta actualización.

La decisión final dependerá del perfil de cada usuario y de cuánto esté dispuesto a sacrificar en términos de batería por un asistente digital más avanzado.