Una nueva agresión contra el patrimonio histórico de Morelia se registró este martes cuando fue descubierta una pinta de aproximadamente cuatro metros cuadrados en la cantera de la Catedral, uno de los monumentos más representativos de la ciudad. El hecho ocurrió a plena luz del día, justo en la colindancia con la plaza Benito Juárez, una zona frecuentada por locales y turistas.
Gracias a la pronta reacción de la Policía Municipal, el autor del acto vandálico fue detenido en flagrancia. No obstante, el daño ya estaba hecho: la piedra, símbolo de la arquitectura colonial que distingue al Centro Histórico de Morelia, requerirá una restauración especializada, costosa y delicada para recuperar su apariencia original.
La mitra y la arquidiócesis de Morelia reaccionaron de inmediato, anunciando que emprenderán acciones legales contra el responsable. Su intención es clara: sentar un precedente que disuada a futuros agresores y detener la creciente ola de grafitis que, cada año, deja cientos de metros cuadrados de cantera afectados en esta zona protegida por su valor histórico y cultural.
Estas acciones no solo representan un daño físico a estructuras centenarias, sino también un golpe a la identidad y economía de una ciudad que depende del turismo cultural. Restaurar la cantera no es tarea sencilla; los procedimientos deben ser realizados por especialistas, y el costo anual de estos trabajos ya supera el millón de pesos
El caso vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de fortalecer las medidas de protección al patrimonio, así como de concientizar a la población sobre el valor simbólico e histórico de los espacios públicos. Mientras tanto, los ciudadanos se cuestionan si las sanciones al responsable serán ejemplares o si este acto quedará como uno más en la lista de agresiones impunes contra la historia de Morelia.