Venezuela arrancó este martes las celebraciones navideñas, en una medida impulsada por el presidente Nicolás Maduro para “defender la alegría” en un contexto marcado por la profunda crisis económica y tensiones internacionales. Las festividades buscan generar un ambiente de unidad y esperanza entre la población.
El país enfrenta una inflación proyectada del 254 por ciento para 2025, la más alta del mundo según el Fondo Monetario Internacional. El bolívar ha perdido más del 70 por ciento de su valor frente al dólar, lo que provoca que muchos precios se fijen en divisas extranjeras mientras los salarios continúan pagándose en moneda local.
En el plano internacional, Estados Unidos mantiene sanciones sobre la estatal PDVSA y despliega buques en el Caribe, señalando el combate al narcotráfico como motivo, lo que Caracas interpreta como una amenaza directa. Ante esta situación, el gobierno evalúa decretar un estado de excepción en caso de agresión.
A pesar de las dificultades económicas y políticas, las autoridades venezolanas buscan sostener la economía a través de los ingresos petroleros mientras promueven las festividades navideñas. La combinación de medidas sociales y culturales pretende ofrecer un respiro a la población en medio de un escenario de alta incertidumbre.