Una ola de intensos vientos obligó a las autoridades chinas a activar la alerta naranja, el segundo nivel más alto en su escala de emergencias meteorológicas.
La medida fue aplicada en Pekín y otras zonas del norte del país, tras registrarse ráfagas provocadas por una masa de aire frío proveniente de Mongolia, que se desplazó hacia el sureste durante el fin de semana.
La cadena estatal CCTV informó que el fenómeno meteorológico ocasionó la cancelación de 699 vuelos en el aeropuerto internacional de Pekín, además de la suspensión de varios servicios ferroviarios de alta velocidad. En la capital, las ráfagas derribaron cerca de 300 árboles y causaron daños a al menos 19 vehículos.
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Como parte de las medidas preventivas, se ordenó el cierre de importantes sitios turísticos como el Palacio de Verano, el Templo del Cielo, el zoológico de Pekín y Universal Studios. Asimismo, fue aplazado un medio maratón programado para el domingo, que contaría con la participación de corredores humanoides robotizados.
Según la Administración Meteorológica de China, algunas estaciones de monitoreo registraron velocidades de viento cercanas o superiores a máximos históricos desde 1951.
En el último año, el país ha enfrentado fenómenos climáticos severos, incluyendo inundaciones que dejaron un saldo de víctimas mortales y desplazamientos forzados en varias regiones.