Derivado del aumento de la violencia entre grupos del crimen organizado, aproximadamente 600 residentes de diversas comunidades de los municipios de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero huyeron hacia Guatemala en busca de seguridad.

Dicho éxodo masivo ha sido resultado de la intensificación de los conflictos territoriales entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en la Sierra de Chiapas.

De acuerdo con el concejal de la Municipalidad de Cuilco, Juan Méndez, la situación escaló rápidamente desde el lunes: “El movimiento empezó desde el lunes hasta el día de hoy. Inicialmente, se observaron pequeños grupos de personas, y luego familias enteras comenzaron a emigrar hacia Guatemala. Es una situación bien complicada”.

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Por su parte, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, confirmó la alarma generada por la llegada de chiapanecos.

“Estamos viendo cómo los ciudadanos de Chiapas huyen de la violencia generada por el narcotráfico”, indicó, enfatizando la necesidad de atender la crisis humanitaria en la frontera.

Las organizaciones defensoras de derechos humanos han documentado que la disputa por el control territorial entre los dos cárteles ha llevado al desalojo y abandono de decenas de comunidades en la región de la sierra fronteriza, que ahora lucen desoladas.

La escalada de la violencia no solo ha afectado a civiles, sino que también se ha intensificado el reclutamiento forzado en las comunidades. Este lunes, al menos 37 hombres de la comunidad Estrella Roja fueron forzados a participar en el refuerzo de los bloqueos que han surgido como consecuencia de la confrontación entre los grupos criminales.