El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con honores en el Castillo de Windsor durante su segunda visita de Estado, un hecho sin precedentes que estuvo marcado por fuertes expresiones de rechazo en las calles. El mandatario fue recibido por el rey Carlos III y participó en un recorrido en carruaje acompañado por himnos nacionales y un banquete real programado para la noche.

Sin embargo, decenas de manifestantes se congregaron en Windsor para expresar su oposición. Portaban pancartas con mensajes como “Trump, tu política apesta” y coreaban consignas que exigían su salida inmediata. La policía informó que cuatro personas fueron detenidas por proyectar en una torre del castillo una imagen del presidente junto a Jeffrey Epstein, recordando la relación con el financiero acusado de abuso de menores.

En Londres, a 32 kilómetros al este, cientos de ciudadanos también se prepararon para marchar en protesta por la visita. De acuerdo con la Policía Metropolitana, hasta 50 grupos de manifestantes saldrían a las calles para dirigirse al Parlamento, lo que llevó al despliegue de más de mil 600 oficiales con el fin de preservar el orden.

La presencia de Trump generó divisiones entre los actos protocolarios y el descontento social. Voces críticas señalaron que su retórica y políticas no justificaban una segunda visita de Estado. Mientras tanto, los actos oficiales en Windsor se desarrollaron bajo estricta seguridad y en medio de un ambiente de tensión política y ciudadana.