La noche del jueves, un autobús de la línea Élite volcó en la carretera que conecta Morelia con Villa Madero, a la altura del paraje conocido como Chorrito de Agua. El percance dejó al menos 12 pasajeros lesionados, entre ellos una niña de 10 años, y obligó a una amplia movilización de cuerpos de emergencia.

De acuerdo con los primeros reportes, la unidad perdió el control en una curva y terminó volcada sobre su costado derecho. Testigos relataron que varios pasajeros quedaron atrapados, lo que obligó a rescatistas a emplear equipo especial para liberar a las víctimas.

Los heridos fueron trasladados a hospitales de Tacámbaro y de Morelia, donde algunos permanecen bajo observación médica por fracturas y lesiones de gravedad. La Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación para determinar las causas del accidente y deslindar responsabilidades, sin descartar exceso de velocidad o fallas mecánicas como posibles factores.

La volcadura reaviva el debate sobre la seguridad en las carreteras michoacanas, donde la combinación de tramos sinuosos, infraestructura deficiente y condiciones mecánicas de las unidades del transporte público han derivado en un historial de percances graves. Solo en 2024, la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones registró más de 300 accidentes viales en el estado, con un saldo de al menos 90 víctimas mortales.

Con este nuevo accidente, la ruta Villa Madero–Morelia se suma a la lista de tramos carreteros que se han vuelto sinónimo de riesgo para los viajeros en Michoacán.