“Ya es demasiado tarde, ya vinieron por mí”, fueron las últimas palabras que María de Lourdes González Fuentes escuchó de la voz de su hijo de 16 años, Rafael Huerta González, el jueves 6 de junio, en una llamada telefónica que le hizo el menor desde la nueva central camionera de Guadalajara, Jalisco.
González Fuentes relató que en esa última llamada su hijo le contó que personas desconocidas se lo habían llevado de Morelia en un autobús a Guadalajara, sin poder explicar quiénes eran, qué querían con él y hacia dónde se dirigían.
“Me comentó que estaba solo, que estaba asustado, que se lo habían llevado, me hizo muchas llamadas de alerta, que lo ayudara, estaba muy desesperado. Traté de tranquilizarlo, de decirle que pues todo iba a estar bien, que iba a ver la manera de que alguien lo apoyara en lo que pues nosotros llegábamos por él. Desde entonces me dijo ‘ya es demasiado tarde, ya vinieron por mí’, y desde entonces no sé nada de mi hijo”, señaló.
Tras la alerta, el padre de adolescente, Rafael Huerta Baena, se trasladó a la central de autobuses de Jalisco para buscar a su hijo, mientras que su madre fue a la Fiscalía de Michoacán a presentar la denuncia por desaparición, debido a que la última vez que fue visto por sus padres se encontraba en su domicilio en Morelia.
A pesar de la búsqueda, Rafael y María de Lourdes no pudieron encontrar a su hijo. Lo buscaron en la central, en los alrededores, en la carretera que conecta a Guadalajara con la ciudad de Tonalá, sin éxito alguno.
Debido a que el último reporte que tienen de su hijo fue en Guadalajara, intentaron levantar una denuncia ante la Fiscalía de Jalisco, pero no se les permitió.
Te puede interesar: Disminuye desaparición forzada en Michoacán
La autoridad les notificó que no puede haber dos carpetas de investigación del mismo caso, por lo que les requirió que hicieran la solicitud a la Fiscalía de Michoacán para que envíen un oficio pidiendo coordinación en la búsqueda y localización de Rafael, trámite que puede tardar días.
A una semana de la desaparición de su hijo, María de Lourdes y Rafael exigen celeridad a los procesos burocráticos al interior de la Fiscalía de Michoacán, pues cada minuto cuenta en la búsqueda de Rafael.
Rafael Huerta González es un joven de 16 años de edad con una estatura de 1.63 metros, de piel morena clara, cara ovalada, con cicatrices de acné en ambas mejillas y un lunar negro en el labio inferior.
La última vez que fue visto vestía una camisa negra de manga larga y cuello alto ceñida al cuerpo, un pantalón negro de mezclilla, tenis blancos con franga negra, una gorra blanca con un pescado amarillo y traía consigo una mochila guinda con negro con el logo de la marca Nike.
Estudia el cuarto semestre de la preparatoria en el CBTIS, le gusta la mecánica automotriz y ha trabajado en talleres de coches, por las tardes suele practicar lo aprendido en clases o ir al gimnasio.