La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, reconoció que la distribución de agua en la frontera con Estados Unidos se ha visto afectada por la escasez del líquido, pero aseguró que su administración atenderá la problemática.
Esto luego de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, y legisladores estadounidenses exigieran el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944.
Sheinbaum explicó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) están revisando la situación y reiteró que ya se ha firmado un acuerdo sobre el tema.
Sin embargo, argumentó que la reducción del flujo de agua en los estados colindantes con Texas es una de las principales causas del problema.
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El reclamo texano surge tras un documento en el que legisladores de ese estado pidieron al expresidente Donald Trump presionar a México en las negociaciones arancelarias para garantizar el cumplimiento del tratado.
Según la Universidad Texas A&M, las pérdidas anuales en el sur de Texas ascienden a 993 millones de dólares debido a la falta de agua para irrigación.
En medio de este conflicto, Estados Unidos evalúa imponer un arancel del 25 % a productos mexicanos como parte de su estrategia para presionar a México en temas de migración y combate al tráfico de fentanilo.
Sheinbaum ha indicado que aguardará hasta el 2 de abril, cuando se tomarán decisiones sobre estas medidas, antes de definir una postura final.