Con la muerte del Papa Francisco, ocurrida este lunes a los 88 años de edad, la Santa Sede activa uno de los procedimientos más antiguos y solemnes de la Iglesia católica: la elección de un nuevo Sumo Pontífice.
Este proceso, conocido como Cónclave, está cargado de simbolismo, tradiciones centenarias y un riguroso protocolo que garantiza la confidencialidad y legitimidad de la elección.
El Cónclave es una práctica que data del siglo 18 y ha evolucionado a lo largo del tiempo. La elección de un Papa no solo tiene implicaciones religiosas, sino también políticas y sociales, ya que el Papa es líder de más de mil 300 millones de católicos en todo el mundo.
- La Sede Vacante
Con el fallecimiento del Papa, se declara la Sede Vacante, es decir, el trono de San Pedro queda sin ocupante. A partir de este momento, el gobierno de la Iglesia recae temporalmente en el Colegio de Cardenales, quienes se encargan de los asuntos ordinarios, sin tomar decisiones trascendentales que solo competen al Papa.
- El funeral y los nueve días de luto
Se celebran las exequias pontificias, que incluyen una Misa funeral solemne y nueve días consecutivos de luto, llamados novemdiales. Durante este tiempo, fieles de todo el mundo se congregan para despedir al Pontífice y orar por su alma.
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Según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el cuerpo del apa Francisco será velado en la Basílica de San Pedro durante tres días. Su funeral será celebrado el próximo jueves 24 de abril a las 10 de la mañana (hora de Roma), en la Plaza de San Pedro. La ceremonia estará presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y será transmitida en vivo a nivel mundial. Al igual que ocurrió con Benedicto XVI, se espera la presencia de delegaciones oficiales de distintos países, líderes religiosos y miles de fieles.
- Convocatoria al Cónclave
Pasado el luto, el Decano del Colegio Cardenalicio convoca oficialmente a los cardenales menores de 80 años para participar en el Cónclave. Este grupo selecto, actualmente compuesto por alrededor de 120 cardenales electores, es el encargado de elegir al nuevo Papa.
- Aislamiento en la Capilla Sixtina
Los cardenales electores se trasladan al Vaticano y son alojados en la Domus Sanctae Marthae, dentro del recinto vaticano. Luego, ingresan a la Capilla Sixtina, donde quedan completamente aislados del exterior. No pueden usar teléfonos, ni tener contacto con el mundo, garantizando así la confidencialidad absoluta del proceso.
- Votaciones secretas
Cada jornada del Cónclave incluye hasta cuatro votaciones: dos en la mañana y dos por la tarde. Para que un cardenal sea elegido Papa, debe recibir al menos dos tercios de los votos. Cada voto se realiza en secreto, y los cardenales deben jurar guardar confidencialidad absoluta.
- La señal de humo
Tras cada ronda de votación, las papeletas son quemadas en una estufa especial. Si el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina es negro, significa que no hubo elección. Si es blanco, hay nuevo Papa. Esta señal es observada con expectativa por fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y millones de personas alrededor del mundo.
- El anuncio al mundo
Una vez elegido, el nuevo Papa acepta el cargo y elige su nombre papal. Luego, el cardenal protodiácono se asoma al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronuncia la célebre frase: “Habemus Papam”. Acto seguido, el nuevo Pontífice aparece para dar su primera bendición Urbi et Orbi.